José Cortés «Pansequito»
Nació en La Línea de la Concepción, en el ámbito de una familia de tradición flamenca, pasó su niñez en Sevilla y posteriormente en El Puerto de Santa María, que le daría el apellido artístico de sus inicios y de donde sería nombrado hijo adoptivo en 2001.
+Su carrera profesional se inició en los tablaos de Málaga, pero en 1963, lo contrató Manolo Caracol para trabajar en su tablao madrileño de Los Canasteros.
Formó parte de la compañía de Antonio Gades, con la que cantó en países como Inglaterra, Hungría, Yugoslavia y Grecia. Era tenido entonces por un renovador del flamenco, obteniendo en 1974 el ‘Premio a la Creatividad’ en el Concurso Nacional de Córdoba. Sobre este premio el flamencólogo jerezano Juan de La Plata ha dicho: «Por sonar distinto y traer un aire renovador al flamenco, fue precisamente galardonado con el Concurso Nacional de Córdoba». Es también Premio Nacional de la Cátedra de Flamencología de Jerez.
En los últimos años participa habitualmente en el circuito de festivales andaluces y visita otros del exterior como de Mont de Marsan, en 2007. En 2010, obtuvo el XXIV trofeo Compás del Cante en Granada. Entre sus últimas grabaciones, destacan ‘A mi bahía’ (2001) y ‘Un canto a la libertad’ (2009), producido por Diego Magallanes en la que colaboran Moraíto, Miguel Poveda y Raimundo Amador. En 2010, obtuvo el Giraldillo al Cante de la Bienal de Flamenco por «Un Canto a la Libertad».
Inevitablemente, aunque él quiera negarlo pertenece a esa pléyade de caracoleros que perpetúan con su voz y su forma de hacer el magisterio del gran Ortega».
Juan de la Plata: «Por sonar distinto y traer un aire renovador al flamenco, fue precisamente galardonado en el Concurso Nacional dc Córdoba. La distinción que se hizo entonces fue polémica, pero, a la larga, se demostró que la tenía bien merecida». Manuel Ríos Ruiz. «Cuando Pansequito canta por soleá, parece que de un instante a otro va a esparramarse, pero nunca sucede. Lo que ocurre es que su concepción de este estilo lleva implícita un especial barroquismo en algunos de sus tercios; más el compás natural no lo pierde, sino que lo adapta a su manera de hacer el cante. No cabe duda que con este personalismo ha creado una soleá nueva, con unos valores estéticos distintos y unos matices musicales diferentes. Una soleá que gustará o no, pero que la interpreta siempre. Porque existe un público que se la aplaude y porque tiene conciencia de que es la suya, su soleá». César Muriel: «Indudablemente, Pansequito sabe del compás y su voz afillá se pasea admirablemente por los ecos jondos. Es esa su manera, dirías que aguardentosa, la principal distinción de su personalidad. Una garganta doliente que se pone en pie para cantar las fiestas, como esas alegrías que ahora son fuente principal de su repertorio, y en las que vuela y vuela por los tercios altos hasta caer en el compás exacto que mide la guitarra».